Primer contacto con PS Vita (Final: algunos juegos)

Vale, es una consola de videojuegos. ¿Y a qué se juega con ella? Pues de momento, casi a lo de siempre. Casi. Aunque no hemos podido probar los títulos que más nos gustarían (Little Big Planet, Mortal Kombat, Dinasty Warriors Next -qué pasa-), si tuviéramos que elegir entre las betas que nos han enseñado destacaríamos (aparte del juego-para-novias que pretenden que sea Escape Plan, que a mí me dejó muy frío, pese a su mecánica de dos paneles y puzzles y estética post Limbo) esto:

Gravity Rush (SCE Japan, Sony)
Mi historia de amor con Vita empieza aquí: un juego de plataformas y combate gravitatorio, con perspectivas locas y control con los giróscopos y acelerómetros. Una cosa medio escheriana que nos hace pensar en lo muy bien que puede estar un Echochrome para Vita y que, de momento, ofrece un cel-shadin la mar de cuco y la posibilidad de hacer el tonto moviendo la consola por todo tu entorno, una especie de antítesis de la realidad aumentada y de implicación en lo gestual que tanto odiamos. Posiblemente, es la misma chorrada que ya nos conmoviera en momentos muy puntuales de Wii, pero hay algo. Hay un juego, unas ideas, una estética y una implementación que hacen pensar que sí, que hay alguien que sabe lo que está haciendo con Vita que no se pueda hacer igual con otra máquina. Y se trata de eso, ¿no?

 

Wipeout 2048 (SCE Liverpool, Sony)
O Wipeout: la precuela. Nos sorprendió mucho que hayan optado por un título lleno de texturas en alta, arquitecturas y zarandajas detallistas de juego de carreras al uso (que son, ya saben, el catálogo técnico de una consola) cuando Ridge Racer, por ejemplo, nos dejó muy fríos con sus tirones y con todo en general. Pero Wipeout nunca falla. En este caso, lo que prometen es una Nueva York semifuturista, dividida en tres alturas. La más baja presenta asfalto y árboles y cosas reconocibles en nuestro mundo, mientras las más altas ya nos dejan ver los parajes sintéticos que dan personalidad y nombre. Los sticks, eso sí, se nos quedaban muy cortitos en tan anchas carreteras, porque al parecer quieren potenciar el combate. Siguen intentándolo, bien por ellos. A nosotros, ya saben: que nos pongan a Kraftwerk y a correr.


FIFA Football (EA Sports, EA)
No, en serio. Ya les contaba por qué la semana pasada. A pesar de que sea un FIFA portátil, donde no se pueden ver ni las caras inspiradas en caras porque son todos pequeñitos, lo de disparar a puerta con el panel táctil me llegó al alma, y ni siquiera me gustan los juegos de fútbol. El resto me da igual: hace años que no me acerco a ningún título de EA Sports porque sólo jugaba a NBA Live y ya ven lo que está haciendo 2K Games -petarlo-, con lo que no sé si implementa todo bien, o si ofrece alguna novedad reconocible en los cuatro o cinco años que hace que no toco uno. Pero eh: hacerlo casi todo sin soltar los sticks, la fórmula de los NBA 2k llevada a una portátil. Dadme mambo.

 

Uncharted: Golden Abyss (Naughty Dog, Sony)
El juego tiorra de la consola, la langosta del Cáribe del catálogo. Gráficamente espectacular, pero creemos que si se juega con la pantalla táctil tiene el mismo grado de desafío y satisfacción que una paja con quince años: estás viendo algo muy pibón en tu cabeza, pero al fin y al cabo es tu mano haciendo algo mecánico. En Mondo Píxel PG ya les contamos algunas impresiones que nos dejó, pero teniendo en cuenta el sistema de recompensas de la saga, pues ya se hacen una idea. Eso sí, como es para mayores de 16 es el único de los comentados que no van a ver en los puestos de demostración. Y tiene una idea que a mí me ha gustado mucho: mientras se reproducen las cinemáticas, el juego va cargando los niveles y pueden saltarse en cuanto la pantalla esté cargada. En vez de perder el tiempo, en Naughty Dog se han dado cuenta de lo que necesita un jugador de portátil: inmediatez y aprovechar la batería. Ya les decimos que en Katamari no.

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