Doki-Doki Universe
2013
HumaNature Studios
PS3, PS4, PS Vita
Doki-Doki Universe no podría ser más desconcertante. Mientras nos preguntamos por qué hace lo que hace del modo en que lo hace, y mientras vamos frunciendo el ceño con gesto de estupor, nos vamos percatando de que, aparte de resultarnos terriblemente difícil soltarlo, el juego desprende un muy particular encanto en su sencillez, e, incluso, en ese desarrollo obstinado y monótono, muy probablemente gracias al sentido del humor luminoso y entrañable que lo impregna y a la candidez de su propuesta, que acaba por gustar más de lo que estaremos dispuestos a reconocer. Su premisa se basa en unas cuantas mecánicas sencillas y un poco torpes (desplazarse, hablar con otros personajes, y desplegar menús para invocar desbloqueables), y sin embargo se trata de una experiencia inclasificable dentro del catálogo de géneros.
La humanidad es una cualidad humana que no todos los seres humanos poseen. Partiendo de esta brutalmente certera sentencia deberemos procurarle a QT3, el robot protagonista, la mayor cantidad posible de humanidad (cumpliendo con los objetivos propuestos) para repararlo y adecuar su funcionamiento al objeto mismo con que fue diseñado: ser un robot de compañía para humanos, los mismos humanos que, por ser defectuoso, lo abandonaron durante 34 años en un asteroide desierto. ¿Cómo obtenemos humanidad? Muy fácil (para saber la respuesta ni siquiera hace falta jugar a esta peculiar propuesta de HumaNature Studios, estudio liderado por Greg Johnson que resulta que es el creador de Toejam & Earl): viajando, hablando con otros individuos, y liberándonos del miedo a conocernos a nosotros mismos. Desde un colorido mapa galáctico y a lomos de ridículos medios de transporte podemos acceder a casi una treintena de planetas diferentes en los que encontrar nuevos objetos, conversar y satisfacer las peticiones de sus respectivos habitantes, mientras nuestro QT3 va analizando todas las cualidades ilógicas del comportamiento humano con un sentido del humor que no por cándido es del todo inocente.
Por otro lado Doki-Doki Universe quiere, como humanos que somos, que seamos partícipes de todo este lío de aprender cosas y viajar, y de hecho muy pronto se destapa como el juego psicológico e inquisitivo que es, donde somos tanto o más importantes que lo que ocurre en su universo. Lo que empieza siendo una relajada aventura de conversar y coleccionar cosas se acaba convirtiendo en un simpático ejercicio de introspección apto para todas las edades, y en consecuencia, no muy apto para los jugadores más aguerridos que busquen emociones fuertes a golpe de pulsaciones de botón. Y es que la mecánica del juego no es divertida, pero Doki-Doki Universe se las apaña para ser un juego divertido aun con los pocos recursos que baraja. Es diferente, es gracioso, y seguramente intuya que, en tanto humanos, seremos lo suficientemente curiosos como para abalanzarnos sobre cualquier cosa que tenga muchos colorines y un robot.