Mario Kart 8
WiiU
Nintendo
2014
Atención spoilers: cuando finalmente se lance el nuevo Metroid 3D, en un par de años lo menos, mucho tendrán que torcerse las cosas para que no lo saquemos a hombros en su primera semana a la venta como juego de la temporada, del año y si no de la generación será porque detrás viene el 2D, clásico instantáneo al que solo nos faltará llamar guapo. Que lo haremos también.
Y lo haremos además con razón, porque no creo que alguien ponga en duda que serán juegos sólidos, cuidados al milímetro, cocinados con mimo por gente que sabe dónde se mete. Pero reconozcamos también que aparte del juego estaremos celebrando las ganas que tenemos de jugarlo. Hace demasiado tiempo que no nos echamos a la cara un Metroid como Dios manda, y cuando finalmente llegue será inevitable dejarse arrastrar por todo lo que hará bien, que será mucho. Si el juego está a la altura (hablamos de estar a la altura de una serie que sigue en barbecho desde 2007, poca broma con eso) puede pasar bastante tiempo hasta que empecemos a prestar atención a los engranajes que chirrían, que también habrá alguno, quitándole importancia al principio pero sintiéndonos cada vez más molestos hasta que llegue el momento en que sea lo único que escuchemos. Ahí tocará señalar al emperador desnudo cuando a lo mejor solo tiene un botón suelto, buscar culpables y reclamar ese Metroid bueno/clásico que se nos había prometido y que nunca acabó de llegar. Pasó con GTA IV. Con cada Zelda. Pasa con la práctica totalidad de franquicias anuales y con alguna mascota noventera venida a menos. Pasará algún día con la serie Arkham. Pasará mañana mismo con Mario Kart 8.