Sigo con cierta tristeza, cierta inquietud, cierto yo qué sé, las persistentes noticias que nos van llegando de un par de los juegos de temática horrorífica del año que viene, y que parecen dar por más o menos seguro que perderán cierto componente inquietante para abrazar la acción (más o menos grotesca, más o menos monstruosa, pero acción al fin y al cabo). Se trata del tercer Dead Space y del sexto Resident Evil, donde habrá monstruos, habrá sustos, habrá penumbra y habrá tenebre, pero sobre todo habrá tiros, persecuciones, adrenalina y griterío provocado, más que por la tensión, por la emoción.