Donkey Kong Country
Rare
Super Nintendo, Game Boy Advance, Consola virtual (versión comentada)
1994
No haber jugado a videojuegos durante la infancia y primera juventud tiene muchos inconvenientes (el peor y más evidente: no haber jugado a videojuegos durante la infancia y primera juventud), pero, porque no todo puede ser drama en esta vida, también trae de pura carambola alguna ventaja inesperada. Encontrarse de golpe con veinte años de industria en bloque, con sus clásicos e incomprendidos juntos y revueltos, y tener la oportunidad de descubrirlos a saltos, enganchando un Mario con un deportivo remoto, el origen del sandbox con el último pegatiros de la temporada, da una perspectiva del medio algo desbaratada, sí. Pero también deja claro que en la evolución del medio modas y descubrimientos técnicos han pasado a menudo por encima de hallazgos en mecánicas, ahogando soluciones que hubieran dado otra cara al videojuego moderno.
Entre el jugador obsesionado por la novedad, que no mira hacia atrás porque imagina el videojuego en constante evolución darwinista, y el neurótico del retro, que antes que el juego en sí reivindica haber tenido doce años, tiene que haber una tercera vía que busque en el pasado un contenedor de ideas.